
Recientemente se hizo viral la supuesta elección de un nombre para una pequeña en Colombia. En Cereté, una pareja decidió llamar a su hija “Chat Yipiti”; la elección busca rendir homenaje a la era digital y a la influencia que la inteligencia artificial está teniendo en el presente y el futuro.
¿Podría suceder en la Argentina algo parecido, y en La Madrid? Según explicaron las autoridades del Registro de las Personas, si bien hay flexibilidad en cuanto a la elección de un nombre no se podría dar un caso como el del país cafetero.
En la Argentina la Ley 18.248 establece que “Toda persona natural tiene el derecho y el deber de usar el nombre y apellido (…)”.
Este derecho se consagra también en la Convención Americana de los Derechos Humanos que plantea que “(…) el derecho al nombre salvaguarda la identidad de la persona (…)”.
El Código Civil y Comercial se modificó hace más de una década en el país. El Artículo 63° brinda las Reglas concernientes al prenombre. La elección del prenombre está sujeta a las reglas siguientes: a) corresponde a los padres o a las personas a quienes ellos den su autorización para tal fin; a falta o impedimento de uno de los padres, corresponde la elección o dar la autorización al otro; en defecto de todos, debe hacerse por los guardadores, el Ministerio Público o el funcionario del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas;
No pueden inscribirse más de tres prenombres, apellidos como prenombres, primeros prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos; tampoco pueden inscribirse prenombres extravagantes;
Pueden inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas.
Consultadas las autoridades del Registro de las Personas explicaron que hay una flexibilización en cuanto a la elección pero no se puede elegir cualquiera. En caso de que ocurra debe abrirse un expediente y define la Justicia. Antes al cambio de la Ley de Género esto era más duro y el responsable del Registro podía decidir, en consenso con las familias, si se podía anotar a un bebé con un nombre.
No se han dado nombre extravagantes y uno de los más “raros” que se han elegido en La Madrid es el de Rapunzel. También se ha dado que la conjugación de dos refiere al de una famosa: Wanda Nara. O se han compuestos nombres y apellidos que coinciden con conocidos.